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Enciclopedia Eorzea: La Historia de Eorzea II

Enciclopedia Eorzea: La Historia de Eorzea II

Os traemos página a página la Enciclopedia de Eorzea traducida al Español.
Con cientos de páginas que detallan todo, desde la historia y las culturas de Eorzea hasta su geografía y sus habitantes, este tomo elaborado por expertos es un verdadero tesoro de información inestimable.

La Enciclopedia de Eorzea ofrece una visión en profundidad de las ciudades-estado, las organizaciones y los personajes más importantes del reino, así como de sus diversas profesiones y sus principales practicantes. Los lectores también conocerán a los hombres bestia de Eorzea, sus culturas, costumbres y deidades, y obtendrán datos detallados sobre las innumerables criaturas del reino, desde las más tímidas hasta las más terroríficas.


CAPÍTULO II: SU HISTORIA

LA HISTORIA DE EORZEA II

SEGUNDA ERA UMBRAL: LA CALAMIDAD DEL RAYO

A pesar de las constantes guerras libradas por los reyes que buscaban expandir sus dominios, la humanidad prosperó, multiplicando su número con cada verano que pasaba. Para albergar y alimentar al pueblo, se talaron bosques y se plantaron campos.Para forjar sus herramientas y armas se destriparon las montañas y se ennegrecieron los cielos. Durante innumerables años, la naturaleza sufrió este deterioro gratuito de la tierra hasta que finalmente la balanza se inclinó. Montañas de fuego arrojaron nubes manchadas de tinta que cubrieron los cielos y sumieron al reino en una oscuridad eterna. Y de los cielos cayó una lluvia interminable de truenos al rojo vivo que arrasaron campos, hirvieron lagos y partieron los propios muros de las poderosas fortificaciones. La furia de la naturaleza resonó durante doce lunas y un día.

Temerosos de que los dioses quisieran purgar la tierra de la humanidad de una vez por todas, la gente abandonó sus hogares y ciudades y huyó bajo tierra a las cuevas. Sin embargo, allí no les esperaba la salvación, sino la muerte, ya que las cuevas se convirtieron en caldo de cultivo para la peste y la plaga. Mientras la gente estaba atrapada en la oscuridad, viendo cómo sus familias tenían un final lento y doloroso, concentraron sus esfuerzos en el único camino que les quedaba, la oración. Los teólogos creen que esta mezcla de desesperación y oración concentrada dio lugar a los primeros conjuros mágicos.

Cuevas


SEGUNDA ERA ASTRAL: LA FE EN LOS CIELOS

Y así, a través de magias primitivas, la humanidad perduró hasta que los cielos finalmente se separaron, y aquellos que mostraban destreza en estas técnicas esotéricas ascendieron a posiciones de poder dentro de las comunidades. El pueblo se sentía atraído por estos líderes carismáticos que acreditaban la caída de la era anterior de reyes sin fe y su insaciable avaricia. Afirmaban que sólo mediante la fe y la oración se salvarían de un destino similar, y así nacieron las primeras religiones organizadas.

En cuestión de años, reinos centenarios fueron sustituidos por teocracias pobladas por hombres y mujeres deseosos de demostrar su valía a los dioses, para que los seres divinos les libraran de la ira de la tierra. Los líderes eclesiásticos convencieron al pueblo de que mediante la construcción de enormes templos, monumentos y efigies lograrían la paz y la salvación. Para adornar estas construcciones y que los dioses les sonrieran, el pueblo perfeccionó las artes de la pintura y la orfebrería. Para proteger estas construcciones de los que desafiarían a los dioses, resolvieron el enigma del acero. Para disfrutar mejor de la luz de los dioses, la humanidad se elevó a los cielos.

Templos
La construcción por encargo de la Iglesia de innumerables catedrales, templos y sepulcros durante la Segunda Era Astral fue testigo del rápido avance de la cantería, el constante mantra de "hacia el cielo" presionó a los primeros arquitectos a concebir técnicas que pudieran desafiar las propias leyes de la naturaleza.


TERCERA ERA ASTRAL: LA CALAMIDAD DEL FUEGO

La fe y el miedo habían dado a las iglesias un poder absoluto sobre el reino; sin embargo, el poder absoluto corrompe absolutamente. Pronto, el deseo de control absoluto enfrentó a las religiones rivales, culminando en el advenimiento de una prolongada edad oscura de guerras santas, caza de brujas y purificaciones. Se quemaron ciudades, se vendieron niños como esclavos, y miles de hombres y mujeres murieron. Sin nadie que cuidara los campos en casa, las cosechas se marchitaron, dejando a los pocos que no habían marchado a la guerra a la inanición. Las arcas de los vencedores se engrosaron con el botín tomado a sus enemigos, pero no había dónde gastar esta riqueza recién adquirida. El camino de la reconstrucción sería largo, pero el pueblo estaba convencido de que, si mantenía su fe, se levantaría como lo había hecho una vez. Sin embargo, para entonces los dioses se habían cansado de la humanidad, y la arrogancia mostrada por la iglesia fue suficiente para convencer a los cielos de que el pueblo de Eorzea debía, una vez más, ser humillado. En las siguientes lunas, el sol creció, calcinando la tierra y minando la vida de toda la creación, ya fuera vegetal o animal. Los campos verdes y los bosques exuberantes se redujeron a páramos llenos de polvo, y las personas que dependían de ellos para su sustento, se vieron afectadas por el hambre. La calamidad del fuego estaba sobre ellos.

Desierto


Traducción de la página 23 de la Enciclopedia de Eorzea por Lia Tales para Gaceta Eorzea.